Soy profesora
de educación preescolar desde 1980, esposa durante 16 años
y madre de dos hijos Gilberto Tonatiuh de 11 años y Diego
de 8 años.
En
los años que me he dedicado al trabajo docente, nunca había
encontrado una terapia INDIVIDUAL que pudiera encauzar a esos
pequeños que pasaban por mi salón de clases y que
en muchas ocasiones necesitaban ayuda y tampoco la encontraba
para mi propia familia.
Comenzaré
a hablarles de cómo sucedió ese encuentro después
de una busqueda desesperada como madre.
Un
día mi hijo Diego fue suspendido de clases por su mala
conducta, cuando cursaba el 2° Año de Primaria; ese
día salí de la oficina de la Directora con una tristeza
muy grande en mi corazón, debido a que en la escuela me
conocían por mi trabajo como profesionista ¿ Acaso
las maestras somos y debemos ser las madres perfectas?.
Una
mano amiga muy querida me llevó al Centro de Estimulación
Auditiva Sur, donde le hicieron a Diego su Evaluación Inicial,
posteriormente tuve la entrevista con la Directora del Centro
Vicky Chenillo. Me indicó que el Método Tomatis
era precisamente para niños como mi hijo y que le ayudaría
muchísimo. Fue impresionante escuchar el perfil que describía
a Diego como si Vicky estuviera leyendo un libro. ¡Fue impactante!.
Diego
era un niño rebelde, con poca tolerancia a la frustración
por lo que hacia berrinches, su lenguaje fue deficiente hasta
los 5 años, no tenía amigos por lo que le costaba
trabajo relacionarse, por otro lado yo era el ogro y su papá
era el bueno, casi siempre terminabamos discutiendo Diego y yo.
Al estar en su Primera Fase comenzó a ser más cariñoso
conmigo, expresaba lo que quería, mejoró en la escuela,
me hablaba de sus amigos, etc. Tuvo cambios tan grandes que no
podíamos creerlo. Mientras el estaba en sus sesiones yo
aprovechaba el tiempo leyendo toda la información posible
sobre el Método. Cuando Diego terminó, Gilberto
Tonatiuh mi otro hijo me preguntó: ¿ Por qué
Diego si va a una terapia donde escucha música y juega
y yo no? Entonces también lo llevamos para que le hicieran
su Evaluación Inicial, aunque él no lo requería,
estábamos seguros de que sería un beneficio muy
grande para él, podía estar mejor, sobre todo para
afrontar su etapa de adolescencia.
Ahora
somos una familia más estable y vemos las cosas de diferente
manera. Para mí es maravilloso ver a Diego sonriente, amistoso,
bromista y muy cariñoso, en pocas palabras es un niño
FELIZ.
Agradezco
al Dr. Alfred A. Tomatis por su maravilloso Método así
como a todo el personal que labora en el Centro de Estimulación
Auditiva Sur de la Ciudad de México y especialmente a ese
ángel que me llevó por primera vez al centro.
NOTA:
Quisiera que le enviasen al Dr. Tomatis estas tres frases que
mencionamos en México y que se relacionan con la falta
de escucha y que desgraciadamente repetimos cada vez más
veces al día y a más personas:
- ¡ Parece que le habló a la pared!
- ¡ Le entra por un oído y le sale por el otro!
- ¡ No le cae el veinte!
Profra. Ma. Luisa Martínez Noguez.
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