Hace apenas
cuatro décadas, no se esperaba que los niños con
Síndrome de Down llegaran a ser adultos. Pero gracias a
la medicina moderna y sobre todo, a que los niños ya no
son internados en instituciones, la expectativa de vida de estas
personas es casi igual a la del resto de la población.
Otra ventaja
de que los niños sean criados con amor y atendidos en casa
por sus familias es el descubrimiento del potencial de estos niños
que se creía estaban severamente retardados. Ahora se sabe
que la mayoría de los niños Down tienen un retraso
mental poco profundo; un pequeño porcentaje tiene retraso
muy profundo y otro tiene inteligencia casi normal o normal.
Mientras
observamos nuevas generaciones de niños Down que han sido
estimulados desde temprana edad, que han recibido terapias de
normalización en el lenguaje y habla, y que han sido ayudados
por herramientas como computadoras; muchos padres y profesionales
sentimos que aún no conocemos el verdadero potencial de
estos niños.
Pasos significativos
en la dirección correcta
Muchas de
las conclusiones a las que se han llegado acerca de la inteligencia
de los niños Down no son confiables ya que estos niños
tienen una fuerte deficiencia receptiva y una gran dificultad
para comunicarse. De acuerdo a Laura Meyers de U.C.L.A., los niños
con Síndrome de Down tienen un procesamiento muy lento
lo cual les impide escuchar palabras cortas tales como conjunciones
y artículos que son críticos para la estructuración
de frases. Esto los lleva a usar palabras sencillas o múltiples
en lugar de construir oraciones cuando se expresan. Para compensar
esta dificultad Meyers diseñó programas de computadora
que ayudan a los niños a completar sus oraciones. Una vez
más las limitaciones tradicionales de estos niños
están siendo cuestionadas.
También
se sabe que muchos de los niños con Síndrome de
Down tienen muy bajo tono muscular, lo cual resulta en una postura
caracterizada por la espalda curva y los hombros caídos.
Esta falta de tono muscular les da a los niños una cara
poco expresiva y una tendencia a tener la boca abierta.
El trabajo
del doctor Alfred Tomatis muestra que el oído está
activamente involucrado en el procesamiento del lenguaje y en
el control auditivo del habla. El ha hecho la diferencia entre
"Oír" que es la recepción pasiva del sonido
y "Escuchar" que es la habilidad activa que tiene el
oído para enfocarse. El oído medio, a través
de la acción de sus músculos, actúa como
un radar dirigiendo selectivamente la atención hacia el
sonido que nos interesa como es el caso de los sonidos del lenguaje
que queremos percibir. Este involucramiento activo no es solo
el primero sino también un paso esencial en el proceso
auditivo. Para Tomatis, la manera en que trabaja el oído
es comparable a la función ocular de la visión.
El rango
y la precisión de la adaptación del "radar
auditivo" son críticos para la expresión verbal.
La observación detallada de las uniones neuro-musculares
entre el oído medio y el habla dan la pauta de las conexiones
audio-vocales. El nervio trigémino y el nervio facial están
involucrados en la producción de voz y habla. El trigémino
enerva al músculo temporal que es el que cierra la boca.
El nervio facial enerva al músculo digástrico y
mueve los músculos de los labios que son de vital importancia
para la articulación de palabras. Tomatis descubrió
que el mismo músculo trigémino enerva al martillo
que es el tensor del tímpano y el nervio facial enerva
el músculo del estribo. Estos dos músculos se localizan
en el oído medio y están a cargo de su regulación.
Poco tono muscular hace más lentos los movimientos de los
músculos del oído medio afectando el procesamiento
auditivo y el control auditivo del habla. La resultante inhabilidad
de producir palabras pequeñas impide la construcción
adecuada de oraciones. El lento procesamiento y control auditivo
del habla son muy comunes en niños con problemas de habla,
escucha y lenguaje relacionados con el oído.
Cuando existe
una regulación pobre del oído medio hay una gran
posibilidad de adquirir infecciones en el oído. Estas son
muy comunes en niños con Síndrome de Down, la otitis
crónica produce mas disfunciones en el oído medio
afectando aun más la habilidad auditiva.
El Dr. Tomatis
ha mostrado que los sonidos de alta frecuencia aumentan el influjo
de energía hacia el cerebro. En el habla los sonidos de
alta frecuencia están concentrados básicamente en
el timbre de la voz. La falta de articulación en la voz
de la mayoría de los niños Down hace que ésta
carezca de timbre y es por lo tanto pobre en sonidos de altas
frecuencias. Este tipo de voz no solo provee al cerebro con poca
energía sino que se requiere de una gran cantidad de ella
para poder emitirla. La falta de energía afecta no solo
a la dificultad en el habla sino también al proceso del
pensamiento y a funciones corporales como son la postura, el equilibrio,
la motricidad y la coordinación. También puede afectar
al dominio lateral. Además de esto, una mala postura puede
afectar a la respiración que es un factor vital para el
habla y la rapidez mental. En respuesta a todo esto, un niño
con Síndrome de Down, por lo general muy hábil para
comunicarse, tiene todas las razones para evitar la expresión
verbal como un medio para socializar.
Terapistas
físicos y educacionales reconocen la necesidad vital del
movimiento corporal a temprana edad en estos niños. El
movimiento estimula al cerebro a través del sistema vestibular
del oído interno y literalmente lo alimenta de energía.
El bajo tono muscular contribuye a la tendencia de algunos niños
con Síndrome de Down a ser pasivos físicamente.
Por esta razón su necesidad de estimulación a través
de contacto físico, ejercicio y sonido es de vital importancia.
A la mayoría
de los niños les agrada mucho la música y generalmente
están dispuestos a cantar y bailar, los niños Down
no son diferentes. Estimulación sensorial como música
y estimulación motriz como bailar deben ser parte de la
educación de estos niños desde la más temprana
edad posible. Esto alimentará su sistema nervioso con la
energía que tanto necesitan. La música esta compuesta
de series de sonidos muy estructurados y contiene a la mayoría
de los elementos que constituyen el tono, timbre y ritmo del lenguaje.
Escuchar música, cantar y bailar ayudan al niño
a preparar el camino neuro-muscular y motriz-sensitivo involucrados
en la adquisición del lenguaje.
El Método
Tomatis aplicado al Síndrome de Down.
El Dr. Tomatis
ha utilizado su Método de Estimulación Auditiva
y consultas en niños y adultos con Síndrome de Down
por más de 35 años. El "Listening Centre"
de Toronto, Canadá, y otros centros de Norte América
han estado ayudando a estos niños desde 1978. Los resultados
han sido muy satisfactorios.
La siguiente
sección es un intento de clasificar los diferentes niveles
de intervención del Método Tomatis cuando se aplica
en casos de Síndrome de Down. Esta clasificación
está basada en los progresos más comunmente observados
y reportados durante y después de la Estimulación
Auditiva.
1° Da
al niño o al adulto sonidos de "alta energía"
o como los llama el Dr. Tomatis: "Sonidos de carga".
Estos sonidos vienen de la música de violín de Mozart
que se modula y se filtra para eliminar los sonidos de bajas y
medias frecuencias a través de un filtro electrónico
que densifica el rango de alta frecuencia. La voz de la madre
cuando se modifica a través del mismo proceso electrónico
tiene un efecto similar con estos niños.
2° Ejercita
los músculos del oído medio, aumentando el tono
muscular de estos, utilizando los sonidos descritos arriba a través
de un aparato llamado Oído Electrónico. Este aparato
es un amplificador de dos canales, cada uno, con su propio sistema
de filtrado. El sonido se pasa de un canal a otro a través
de puertas electrónicas. Esto provoca una secuencia de
flexión, relajación de los músculos del oído,
al igual que cualquier buen ejercicio. Este ejercicio aumenta
el nivel de atención del niño, poniéndolo
más alerta de los estímulos exteriores. También
les da control muscular y de postura.
Uno de los efectos más comunes del Método en niños
con Síndrome de Down es un rápido mejoramiento en
la habilidad de cerrar la boca, mantener la lengua metida y no
babear. Poco después de estos cambios, la articulación
del lenguaje se hace más clara e inteligible. Los resultados
son atribuidos a la unión entre los músculos del
oído medio, los músculos faciales y los músculos
de la mandíbula.
3° Ayuda
a establecer o reforzar el dominio auditivo hacia la derecha decreciendo
la cantidad de estimulación recibida por el oído
izquierdo. Al principio de la estimulación se puede observar
un incremento en la expresión facial. Esto es seguido de
más habilidad para construir frases y oraciones. Se mejora
la coordinación y se realiza el sentido de tiempo y espacio.
4° Ayuda
a establecer la conexión audio-vocal a través de
ejercicios activos con el Oído Electrónico. Después
de que su habilidad auditiva es incrementada con sonidos filtrados,
al niño se le pide que repita canciones, palabras y oraciones.
La voz del niño es recogida por un micrófono, procesada
y modificada por el oído electrónico, y se regresa
de nuevo al niño por audífonos. Esta modificación
de la voz hace que el niño escuche su voz de la manera
en que un buen oído la escucharía. El resultado
es un control más preciso de la voz en cuanto a articulación,
entonación y ritmo. Un mejor control audio-vocal hace la
producción del lenguaje sencillo y además permite
la elaboración de oraciones más completas. Como
consecuencia el proceso de pensamiento se acelera. Y al niño
le gusta cada vez más expresarse hablando y lo hace con
más espontaneidad. Esto ayuda a mejorar sus niveles de
socialización.
Consultoría
El Método
Tomatis también da consultoría a las familias de
los niños que acuden al Centro. Estas consultas ayudan
a los padres a entender mejor a sus hijos y a darse cuenta del
potencial que ellos tienen, para así poder ayudar al niño
a desarrollarse.
Los niños
con Síndrome de Down son mas bien típicos niños
que diferentes a los demás. Al igual que otros niños
tienen su propia personalidad, preferencias, habilidades y necesidades.
Su desarrollo es idéntico al de cualquier otro niño
solo que más lento. Aunque su desarrollo motor y de aprendizaje
es más lento, debemos estar conscientes del potencial que
tienen estos niños. Niños con Síndrome de
Down por lo general pueden llegar a dominar la escritura y la
lectura.
La integración
y la normalización ofrecen a estos niños mayor oportunidad
de desarrollarse, especialmente cuando son apoyados con terapias
de lenguaje y habla, tutorías, fisioterapia, computadoras,
etc. Recomendamos a los padres que pongan especial interés
en proporcionar a sus hijos programas recreacionales y culturales
para desarrollar sus habilidades tanto físicas como intelectuales.
Los padres
también tienen que recordar que los niños con Síndrome
de Down, como los demás niños, necesitan estar cómodos
con su persona y sentirse bien de ser quienes son. Una buena autoestima
es básica para la salud mental y el desarrollo intelectual.
El trabajo
de la familia es criar a sus hijos para ser independientes, esto
no varía para las familias que tengan niños con
Síndrome de Down. Los niños con Síndrome
de Down deben aprender desde a jugar con sus amigos hasta usar
transporte público, trabajar, y saber cuidarse.
Al permitirles
y alentarlos a desarrollar sus potenciales individuales les proporcionamos
igualdad de oportunidades, lo que se traducirá en que los
niños con Síndrome de Down llegarán a ser
adultos que lleven una vida significativa, productiva e independiente.
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